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21 de Marzo, 2010 · Cultura

Entrevista con Mario Bunge

 

"El que no

 

 

entiende

 

 

el peronismo

 

 

no entiende

 

 

la Argentina"

 

 

 

 

 

A los 90 años, lúcido y provocador como siempre, el reconocido físico y filósofo afirma que los intelectuales deben tomar distancia de los gobiernos, elogia a los Kirchner aunque cuestiona ciertas "irregularidades" y cuenta cómo fue que dejó de considerarse antiperonista

 

Ricardo Carpena

 

¿Cuál es el secreto para llegar a los 90 años? La respuesta la tiene el físico, filósofo y epistemólogo Mario Bunge. "Es facilísimo -confiesa a Enfoques-. Primero, es cuestión de llegar a los 89 años. Después se le agrega uno y se llega a los 90. ¿Y cómo se llega a los 89? Trabajando siete días por semana, aprendiendo todos los días alguna cosa y absteniéndose de fumar, de beber y de leer a los posmodernos, es decir, absteniéndose de consumir tóxicos, sean materiales o espirituales."

Bunge es así. Un milagro de la longevidad (nació el 21 de septiembre de 1919), pero también una confirmación de que el paso del tiempo no le quitó ni un segundo a su fama bien ganada de transgresor y de pensador polémico. Su cuerpo se mueve tan ágilmente como su cerebro. Editó en 2009 su último libro, Filosofía política: solidaridad, cooperación y democracia integral, de abrumadoras 600 páginas, pero ya terminó de escribir uno sobre materia y mente, y está corrigiendo algunos artículos que darán forma a otro. Se jubiló hace unos pocos meses en Montreal, Canadá, donde está radicado desde hace 44 años y donde daba clases siete horas por día, de lunes a domingo, en la Universidad McGill.

Volvió al país la semana pasada para dar cinco charlas en la ciudad de Rosario que despertaron pasiones: hubo 1200 inscriptos, por ejemplo, para escucharlo hablar sobre "Valores morales individuales y sociales".

Este hombre de ojos celestes y abundante cabello canoso habla con sencillez y naturalidad de casi todos los temas, aunque reconoce cuando no sabe de algo. Parece estar lejos del estereotipo de alguien que ha sido catedrático de filosofía y de física tanto en la Argentina como en universidades norteamericanas, latinoamericanas y europeas, que ha recibido prestigiosas becas y que fundó desde la Universidad Obrera Argentina hasta la revista de filosofía Minerva , pasando por la Society for Exact Philosophy.

Los ocho tomos de su Tratado de filosofía básica , que aparecieron entre 1974 y 1989, lo hicieron tan famoso en el mundillo intelectual como sus ensayos periodísticos, muchos de ellos publicados en LA NACION, en los que demuestra que su estilo es tan punzante como sus ideas.

Su padre fue un médico y diputado socialista y su madre, una enfermera alemana. Bunge tiene cuatro hijos: dos argentinos, de su primer matrimonio, y dos canadienses con su esposa actual, Marta Cavallo. "Los niños", como les dice él, son todos profesores universitarios: Carlos, de 69 años, es físico; Mario, de 66, es matemático; Eric, de 43, arquitecto, y Silvia, de 37, neuropsicóloga.

-Siempre que vuelve al país está condenado a que le pregunten sobre la actualidad argentina. ¿Qué piensa de los Kirchner?

-No pienso nada, no estoy enterado, no entiendo una palabra de política argentina. Si antes, en la época de Perón, era difícil de entender, ahora es casi imposible, a menos que se sea politólogo. Esa pregunta se la tiene que hacer a un amigo de los Kirchner que es un eminente politólogo, el profesor José Nun, que ahora va a ir como embajador argentino a Gran Bretaña.

-Ya lo entrevisté el año pasado. Le dedicó grandes elogios a los Kirchner.

-¿Ah, sí? No sabía. Estuve en una reunión con él y me impresionó mucho lo que sabe. Me parece bien que los intelectuales, en particular los científicos, tomen posición, pero también que guarden su distancia respecto de la política partidista. Y, sobre todo, respecto de los gobiernos. Trabajar para un gobierno, compromete.

-¿Los intelectuales tienen que ser políticamente asépticos?

-Exacto.

-Pero usted no es aséptico, sino un intelectual de pensamientos políticos tajantes.

-No se debe perder la objetividad. Unos amigos me dijeron que el Gobierno es malo, pero los opositores son aún peores. La gente del Gobierno comete muchas irregularidades, tal vez deshonestidades, pero, al menos, no es reaccionaria.

-Muchos encuentran rasgos parecidos entre los gobiernos de los Kirchner y el primer gobierno peronista. ¿Es así?

-No lo sé. En la época del primer peronismo, y durante muchos años, yo fui gorila porque en el terreno de la cultura el peronismo no dejó nada positivo. Al contrario, arrasó con lo poco que había. Pero con el correr del tiempo comprendí que el peronismo tenía algunos aspectos buenos.

-¿Por ejemplo?

-El voto de la mujer, transformar los territorios en provincias, hacer un plan de construcción de empresas hidroeléctricas. Hablar sobre la reforma agraria estuvo bien, pero no la hizo. Prometió una cantidad de cosas que no realizó y así engañó a mucha gente. Ya no soy gorila, aunque lo fui, y el motivo principal fue porque Perón degradó la educación y la cultura y, además, realmente no fue muy democrático.

-¿Entonces dice que ya no es gorila?

-No, soy mono tití (risas). No soy ni gorila ni chimpancé.

-¿Y qué cambió en usted?

-Éramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: "¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo". Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.

-La incomprensión del peronismo es casi lógica, por ejemplo, cuando se ve que conviven la izquierda, la derecha, el centro.

- Sí, pero hay ciertos aspectos que son muy originales. Por ejemplo, Perón quiso modernizar la Argentina. También otros militares progresistas como el general Savio o como el fundador de YPF, el general Mosconi. El partido dominante, conservador, no quería modernizar nada.

-En la Argentina tenemos siempre la sensación de estar comenzando una etapa nueva que nunca es exitosa. ¿Hay responsabilidad de los dirigentes o de toda la sociedad?

-Es una característica argentina: destruir y empezar después de nuevo.

-¿Y a qué lo atribuye?

-No lo sé.

-Entiende más al peronismo que a la sociedad argentina...

-Me fui hace más de medio siglo del país. Estoy mucho más enterado de la política norteamericana y canadiense que de la argentina. Y éste es un país muy complejo, mucho más que los Estados Unidos. Allá hay un solo partido con dos alas: el ala republicana y el ala demócrata. Y, a su vez, el ala demócrata se divide en dos partidos, republicano y demócrata (se ríe).

-Lo que no cambia en usted es su enfoque muy crítico de los Estados Unidos.

-Sí, aunque insté a mis dos hijos canadienses a que fueran a estudiar a los Estados Unidos porque las universidades son mejores que las canadienses. Ser completamente antigringo es absurdo, es de reaccionario: en Estados Unidos está lo mejor junto con lo peor.

-Quizá esté más cómodo en Estados Unidos que en Europa porque allí hay más pensadores posmodernos... ¿Tanto le molestan?

-Sí, paralizan el pensamiento. Cuando se repiten frases imbéciles como las de [Martin] Heidegger, o demenciales como las de [Edmund] Husserl, o muchas de [Georg] Hegel, no se puede pensar en forma racional. Por ejemplo, la definición que da Heidegger en su gran libro El ser y el tiempo : "El tiempo es la maduración de la temporalidad". O en su Carta sobre el Humanismo dice: "El ser es ello mismo". ¿Qué significa todo eso? Absolutamente nada. Es para engrupir a la gilada.

-¿Y usted se considera moderno?

-Soy preposmoderno (risas).

-Si critica a aquellos filósofos, ¿qué queda para los actuales? ¿Respeta a alguno?

-Los pensadores profundos hoy están refugiados en la matemática, la física, la química, la teología y en algunas ciencias sociales como la historia o la sociología. También faltan pensadores profundos en la economía: no hay ningún economista, de izquierda o de derecha, que le llegue a los talones a John Maynard Keynes, el fundador de la macroeconomía moderna. No hay nuevas teorías: falta un nuevo Keynes que no les tenga miedo a las matemáticas, a la estadística.

-¿Por que lo decepcionó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama?

-No cumplió ninguna de sus promesas y, además, cometió un acto inmoral: aceptar el Premio Nobel de la Paz al mismo tiempo que era comandante en jefe de dos ejércitos invasores. Más aún: reforzó la cantidad de soldados en Afganistán y no cerró ninguna de las 860 bases militares que tiene Estados Unidos en el extranjero.

-¿Le parece que Obama nunca tuvo intención de hacerlo o se encontró con una maquinaria que se lo imposibilitó?

-Los científicos sociales no deberían especular sobre la mente de los personajes. Sabemos que cuando entró en la Casa Blanca, Obama entró en una prisión muy bien custodiada por la enorme burocracia, los militares, el Partido Republicano y la derecha de su propio partido. Tiene las manos atadas, pero en su caso yo habría denunciado eso y habría renunciado a la presidencia. Porque él llegó al poder con la consigna del cambio y nada esencial puede cambiar por los intereses creados, por la corrupción profunda.

-Algunos imaginaron que la crisis financiera internacional iba a permitir que surgiera un capitalismo distinto, más "sensible". ¿Estamos a tiempo de esperar algo semejante?

-Hubo cosas positivas y negativas. Hay que empezar por averiguar por qué China y la India son los dos únicos países en el mundo cuya economía ha crecido en los últimos doce meses. Ambos son proteccionistas y no son neoliberales. La India se ha salvado de los tsunamis financieros, en particular, porque regula el mercado financiero y no permite las especulaciones. Y a China le falta democracia, pero también está avanzando en ciencia y técnica a pasos agigantados. A propósito de esto, ¿sabe cómo se manejan las finanzas internacionales en este momento? Hay un cuento que lo ilustra. En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: "Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones?" "Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas", le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimentos para sus cerdos. A su vez, el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Han transcurrido nada más que cinco minutos, nadie hizo nada, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas han sido saldadas (risas). En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada. Hay gente que se arruina, pero nadie se beneficia. Es monstruoso.

-¿Le gustaría volver al país?

-Claro, me gustaría mucho. Pero invertimos el producto de la venta de una casa en un departamento en Montreal y no nos queda plata. Y acá, además, no me necesita nadie. En la Facultad de Filosofía, por ejemplo, no me han invitado. Me invitaron una sola vez, en 1985. Nunca más.

-¿No se siente reconocido por sus pares?

-No, para nada. Mis libros no son usados ni recomendados en ninguna facultad.

-¿Por qué?

-Porque no están al día. Además, mis libros huelen demasiado a ciencia y ese olor no es el perfume preferido de los filósofos argentinos. Y la filosofía de la ciencia estuvo dominada casi desde que me fui por gente que no tiene la menor idea de lo que es la ciencia y que, para peor, defendía a pseudociencias como el psicoanálisis.

-¿Usted no tiene una fijación contra el psicoanálisis? ¿Lo habló con su psicólogo?

-(Risas) Es un fenómeno típicamente argentino. En el resto del mundo, el psicoanálisis ha sido olvidado. Pero la Argentina es un país muy conservador. Cuando yo tenía 16 o 17 años, cualquier adolescente se entusiasmaba con el psicoanálisis por el tema del sexo. Nos dábamos cuenta de que [Sigmund] Freud no tenía la menor idea del sexo y las pocas ideas que tenía eran equivocadas. Por ejemplo, el orgasmo vaginal o el complejo de Edipo no existen. Cualquiera se hace psicoanalista sin la menor formación científica.

-¿Cree que muchos no le perdonan ese tipo de posturas en la Argentina?

-Claro, porque les arruino el negocio. En 1985 vine al país invitado por una asociación de psicología y algunos justamente me pidieron: "Doctor, no nos arruine el negocio; vivimos de eso". Lo mismo me dijeron en un congreso en España cuando ataqué a la microeconomía neoclásica y demostré que sus postulados eran falsos. Entonces dos profesores me dijeron: "¿Y qué vamos a enseñar?" Yo les dije: "¿Y por qué no enseñan algo inofensivo como trigonometría?"

© LA NACION

MANO A MANO

Mario Bunge me hizo sentir viejo. La charla que tuve con él me atrajo, me instruyó, me entretuvo, me despertó adhesiones y rechazos, pero en muy pocos momentos pude sacarme de la cabeza la imagen de ese veterano tan jovial soplando las 90 velitas. Mi sensación senil se acrecentó cuando Bunge me mostró su nuevo chiche tecnológico: un libro electrónico en el que lleva las obras completas de Tolstoi, Cervantes y Proust. El único indicio concreto de su edad es un ligero problema de audición. En el fluido diálogo abundaron sus recuerdos más remotos (lo envidié porque a veces no me acuerdo ni de lo que hice ayer) y sus incendiarias definiciones en las que destroza al peronismo (al que trató mucho mejor que en otras notas), el psicoanálisis, los economistas, la homeopatía y el rock. ¿Es transgresor o se hace? No parece decir nada por compromiso ni para hacer honor a su fama. Al final, admitió con culpa que debería hacer más ejercicio: camina un poco y practica natación sólo en el verano. Hay algo que extraña de su juventud: practicar remo en el Tigre. "Remar contra la corriente es único", me dijo. Y allí entendí que eso es lo que él se pasó haciendo en estos últimos 90 años.

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publicado por hpn a las 21:44 · Sin comentarios  ·  Recomendar
 
18 de Febrero, 2010 · Política

HABLA PATRICIA VACA NARVAJA

Una de las más leales y consecuentes militantedel peronismo kirchneris, y uno de sus  más lúcidos cuadros  recobra notoriedad, tras su salida de la vicepresidencia primera de la Cámara de Diputados y poco antes de su partida a México, como embajadora de nuestro país. Desde allí proyecta generar más espacios y desarrollar acciones que den más andadura al proyecto nacional y popular al que ella siempre se refiere como si hablara de su propia vida.
Una nota de Juan Salinas, excelente, como siempre. (4M).

 

“Urgen políticas públicas que favorezcan la organización del pueblo”

Por Juan Salinas

Firme militante del proyecto que encarna la presidente Cristina Fernández y a la vez crítica de la débil construcción política vertebrada desde 2003 a la fecha, la flamante embajadora en México reivindica el papel de la Cámara de Diputados, a la que nunca consideró una escribanía: "Nosotros no vamos a la Cámara como librepensadores sino como parte de un proyecto político."

Cuando muchos la imaginaban al frente de la lucha contra oligopolios y monopolios, Patricia Vaca Narvaja se marchará como embajadora a un México en llamas. “Cristina inició una batalla cultural que durará mucho tiempo”, expresó en un alto de su veraneo en Miramar, y proclamó con perceptible orgullo que “no somos librepensadores, sino parte de un proyecto político colectivo”. También hizo un balance de su actuación como vicepresidenta del bloque oficialista en la Cámara de Diputados y refutó la etiqueta de “escribanía de gobierno” con que una oposición perezosa (de la que dijo que “escupe al cielo”) suele o solía calificarla. Estimó que es necesario hacer fuertes inversiones para que haya competencia en mercados hoy oligopólicos y enfatizó que la suerte del kirchnerismo depende de su capacidad de incentivar con rapidez la organización popular, para lo que son imprescindibles políticas públicas capaces de crear conciencia de que mantener, mejorar y acrecentar las conquistas depende de la continuidad de un proyecto político. Dio un ejemplo muy claro, aunque negativo: si una de la principales medidas que tomó el Gobierno fue recuperar los aportes jubilatorios confiscados por las AFJP, la misma no fue acompañada por ningún debate ni movilización, ni siquiera la de sus beneficiarios inmediatos, los jubilados.

En el bar del balneario “San Antonio” de Miramar, donde hace muchos años acostumbra veranear en familia, una distendida Patricia recordó su militancia juvenil. Y después, con naturalidad se refirió a cómo se entroncó aquella con el kirchnerismo, y muy especialmente con el gobierno de CFK.

–Me acuerdo del lanzamiento de la candidatura de Cristina en el Teatro Argentino de La Plata. Ahí dijo que nuestra principal batalla era la cultural y eso tiene que ver con lo que ha significado el proceso de 1976 en adelante –y no me refiero sólo a la dictadura– en lo que ha sido la utilización de los medios y de la cultura como soporte de un modelo no sólo económico, sino de valores, para reafirmar el liberalismo desde el individualismo más exacerbado, del “Sálvese quien pueda”, donde el éxito es el objetivo a cualquier precio, a cualquier costo. Esa batalla cultural es la más profunda de todas. Obtuvimos una primera victoria resonante con la sanción de la Ley de Medios, pero ganarla nos llevará mucho tiempo.

–La mayoría de los analistas daba por hecho de que el Gobierno negociaría la ley con el Grupo Clarín . Cristina sorprendió al no negociar con los grupos monopólicos e ir directamente a la aprobación de la Ley originalmente propuesta por la Coalición para una Radiodifusion Democrática, negociando con la oposición parlamentaria cambios que en términos generales mejoraron el proyecto presentado.

A mí eso no me sorprendió. A través de su paso por el Congreso, Cristina siempre se identificó con valores muy relacionados con la historia del peronismo. Por eso yo tenía la certeza de que era ella la que iba a profundizar el rumbo. A Kirchner lo veía más pragmático.

–El mismo Kirchner dice que su mujer hace cosas que él no se atrevió a hacer…

–Nuestro principal problema es un notorio déficit en lo que hace a la construcción política. Yo me volví a enamorar de la política con Néstor Kirchner, a identificarme con un proyecto. Pero la aparición de Kirchner, su llegada a la Presidencia, no fue producto de una acumulación y crecimiento de un movimiento social vertebrado. Para nada.

–Fue un bonus track , un regalo inesperado.

–Llegó a la Presidencia con poco más del 22 por ciento de los votos, sin una estructura propia y con minoría en el Congreso. No había más remedio que fuera él, pero venía como de prestado. Y en esas circunstancias, demostró tener capacidad de liderazgo, de ser un adelantado. Kirchner fue vanguardia, y obtuvo un fuerte reconocimiento de la sociedad.

–Pero quedó a la izquierda del conjunto de la sociedad…

–Lideró los intereses económicos y sociales de los sectores más postergados de la Argentina y fue por eso que muchos nos sumamos a su propuesta. Pero hoy el gran desafío, como el mismo Néstor planteó (al participar en el programa Seis, siete ocho, N. del E.) es conseguir que este proyecto político sea colectivo, que pueda independizarse, trascender a los personalismos. Y éste desafío lo tenemos que tenemos que asumir entre todos para conseguir que se cristalice, que se haga realidad.

–En este sentido, casi todos los movimientos sociales critican en distintos grados la conducción de los Kirchner. Por otra parte, las crisis derivadas por la incorporación de cuadros del neoliberalismo como Sergio Massa o Martín Redrado al elenco gubernamental parecen cantadas.

–Es verdad que durante demasiado tiempo descuidamos la construcción político-organizativa, pero eso también es responsabilidad de los conducidos, no sólo de los conductores. Tenemos que ver de qué modo aportar a la construcción colectiva, y lo que decís de la incorporación de figuras como las que nombrás tiene que ver con eso. Se los incorporó a la gestión de la propia fuerza política en función de una evaluación de coyuntura, pero cuando los intereses del conjunto chocaron con los de estos dirigentes, se tuvieron que ir. En esta etapa tenemos que conseguir que los que hagan la gestión en la administración pública surjan de entre quienes están identificados con este proyecto político.

–¿Cuál es tu balance de cuatro años de labor parlamentaria?

–Fue para mí un orgullo integrar el bloque del Frente para la Victoria y ejercer su vicepresidencia durante estos cuatro años contando con la confianza de Néstor y Cristina y de mis compañeros del bloque. Me parece que demostramos fehacientemente que el Congreso no fue una mera “escribanía del Gobierno” como le gustaba decir a medios y opositores interesados en deslegitimar la expresión soberana del pueblo, sino que desempeñó un papel muy activo. Llegamos a ser mayoría como expresión de un proyecto político nacido en el 2003 cuyas banderas llevamos al Congreso, como corresponde. Y estuvimos muy lejos de ser una escribanía, de limitarnos a refrendar los actos del Ejecutivo. Tuvimos la decisión política de apoyar desde la Legislatura las propuestas alternativas que contribuyen a consolidar este proyecto político, un signo de coherencia. Obviamente, los sectores del poder que no están de acuerdo con este proyecto y quienes practican una oposición destructiva, quieren minimizar la participación política de la Cámara de Diputados y repiten como loros que es una escribanía, pero lo que dicen carece de sustancia.

–Con la nueva composición de la Cámara, ya no se escucha decir que sea una escribanía…

–Nosotros no vamos a la Cámara como librepensadores sino como parte de un proyecto político. Un proyecto. Lo que algunos no tienen, y que otros sólo tienen cuando les conviene. Basta ver en espejo lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires y compararlo con lo que ocurre en la Nación y cómo lo reflejan los medios, para ver la hipocresía y el doble estándar que utilizan. Si el PRO intenta conseguir una mayoría del modo que sea, les parece lógico y loable. Si nosotros tratamos de ganarnos la buena voluntad de un diputado ajeno, dicen que es vituperable. Si un diputado vota con nosotros, dicen que se borocotiza; pero si se va, si es un tránsfuga, le dan tratamiento de héroe. Pero lo principal es que nuestro bloque reivindicó un proyecto colectivo. Estoy muy orgullosa de haberlo integrado.

–Se ve que lo de “la escribanía del Gobierno” te indigna…

–Sí, y es que he estado en la letra fina de muchos proyectos que se convirtieron en leyes, y salvo algunos muy puntuales, como los de Emergencia Económica o Impuestos, todos los demás han sufrido modificaciones para mejor y para integrar a otros sectores. Digo esto porque no siempre tuvimos los 129 diputados propios y tuvimos que ir construyendo consenso con otros actores de acuerdo a cada proyecto de ley. Algunas veces con sectores más progresistas y otras con otros sectores, relacionados con intereses provinciales.

–De todos modos, prácticamente no hay nadie que no sea un cantamañanas que no reconozca el protagonismo que tuvo el Congreso, y especialmente la Cámara de Diputados, en la segunda mitad de 2009. Es decir, después de la derrota electoral de Kirchner. Rosendo Fraga dice con cierta malicia que el Congreso comenzó a funcionar bien desde que el voto “no positivo” del vicepresidente Cobos parlamentarizó la vida política.

–El Congreso se hizo más visible a partir del debate en torno a la resolución 125. Antes se había sancionado la Ley de Educación con el consenso de las provincias, un hito muy importante pero que no tuvo tanta visibilidad… Otra cosa que hay que desmitificar de una buena vez es que el sistema constitucional vigente es presidencialista y no parlamentario. Lo que muchos suelen olvidar.

–Algunos juristas de nota, como el ministro (Raúl Eugenio) Zaffaroni, son partidarios de un régimen parlamentario.

–Es un tema que da para una discusión profunda, no es para tratarlo a la ligera ni para resolverlo de un día para otro. Somos una joven e inexperta democracia de 25 años y no me parece que quitarle al Poder Ejecutivo los medios como para poder gobernar sea una buena idea.

–Pasa es que hay una campaña para recortarle los poderes a la Presidenta a como dé lugar. Basta ver cuántos horrorizados por el ramillete de decretos de necesidad y urgencia de Cristina no dijeron esta boca es mía cuando Menem hizo más de mil, la mayoría para lubricar la entrega de la patria.

–Los intereses económicos concentrados antes intervenían a través de los golpes de Estado, de los golpes militares, pero ahora lo hacen a través de los medios y de los partidos políticos. Y los partidos políticos después de la crisis del 2001 todavía siguen apostando a que pueden acceder al poder si al otro le va mal o peor. Apuestan a que al otro le vaya mal para poder llegar, no como una superación o mejora del que está, sino apostándolo todo a llegar gracias al fracaso del otro. Esto es parte de una cultura, así que hasta que no cambiemos eso… Si estuviéramos en un régimen parlamentario seguramente estaríamos cambiando permanentemente de primer ministro. Nuestro desafío principal, insisto, es construir representación social en todos los ámbitos y sectores.

–Quizá en Argentina sea tan difícil acordar políticas de Estado, como sucede en los países en los que funciona el régimen parlamentario, porque los desacuerdos se inician entre nosotros desde la misma base. Hay quienes plantean un país con inclusión y otro que lo plantean sólo para una parte de la población, acaso la mitad, y se desentienden de la suerte de los demás.

–Tenemos que buscar la forma colectiva de organización popular de ese proyecto de inclusión. Hasta ahora tenemos la cabeza, y abajo nada, salvo las organizaciones sociales y el sindicalismo. Pero después no hay una cosa vinculante y que coordine y organice todos estos espacios en algún punto. Con el ataque de los medios al gobierno ¿cómo nos defendemos? Deberíamos hacerlo en la calle, con una militancia activa… que hoy no tenemos. Por lo que hay que buscar la manera de volver a construir esa concientización, esa militancia, esas formas de organización que sostengan y apuntalen este proyecto. Ese es nuestro gran desafío.

–¿Cuál es o debería ser el papel del Gobierno en este tema?

–Impulsar políticas públicas tendientes a ese objetivo. Un ejemplo es la Ley de Medios, que se construyó a partir de la sociedad con una fuerte organización y participación en todo el país. La debatimos con miles de personas y la defendimos con muchas más en las calles y en las plazas. En cambio, el rescate de los aportes de los trabajadores, que habían sido secuestrados por la AFJP y de los que lucraban intereses mediáticos, financieros y especuladores, se hizo sin ninguna movilización. No se convocó a nadie, ni siquiera a los jubilados, los beneficiados inmediatos. A eso me refiero cuando digo que es preciso atar las políticas públicas al acompañamiento y la identificación social. Este es un tema que debemos trabajar mucho en estos dos años si queremos poder seguir construyendo este proyecto político. Insisto: debemos tener políticas públicas, trabajar desde el Gobierno con los sectores beneficiados por las leyes para dar la discusión y crear conciencia de que esa política no es obra del azar sino parte de una política a largo plazo. Hay que crear conciencia de que la manera de mantener y mejorar lo conquistado es garantizando la continuidad del proyecto.

–Es difícil concebir qué vendrá si se trunca. Uno ve cuáles son los líderes opositores y da un escalofrío. No parece que puedan desmontar lo avanzado para regresar a las épocas de Menem y De la Rúa sin una grave conmoción social, represión, muertos…

–Cuando los líderes opositores, condicionados por los medios y los grandes poderes de la Argentina, tomaron la decisión de romper la tradición histórica parlamentaria de que el que tiene la mayoría administra la cámara y preside la mayoría de las comisiones más importantes, las que tienen que ver directamente con la gobernabilidad, escupen al cielo. Porque están creando un antecedente pésimo para la gobernabilidad y para la maduración de un proyecto nacional. Es el resultado de una lucha de fondo por el poder económico y ellos son los voceros de los poderes concentrados. Quieren evitar que nuestro proyecto se profundice, y por eso ponen y pondrán todas las trabas posibles. Palos en las ruedas.

–El peligro mayor, con todo, parece ser la inflación derivada de aumentos injustificados de precios por los grupos concentrados que los forman. Si no hay competencia, va de suyo que es más fácil aumentar los precios que la producción. Algunos artículos están a mitad de precio en los supermercados chinos respecto a las grandes cadenas. El golpe más temible, me parece, viene por la erosión del poder de compra de los pobres y asalariados.

–También en esto son necesarias políticas públicas. La Ley de Medios permitió ventilar el tema de los oligopolios, ponerlo a debate. Fue importante instalar estos conceptos de monopolios y oligopolios porque nosotros vivimos un proceso de concentración económica muy fuerte, donde muy poquitas manos manejan los insumos básicos para la producción, y donde hay 20 empresas que manejan el 80 por ciento de todos los alimentos. Además está la concentración de la comercialización en los supermercados.

–Creía que ahora que Guillermo Moreno está lidiando con Papel Prensa, lo ibas a reemplazar en Comercio Interior, por lo que tu nombramiento como embajadora en México me sorprendió. Y es que no se ve mucha gente calificada para aquella función y son muchos los partidarios del gobierno que, a la luz de las evidencias, consideran que la receta de Moreno para evitar que los precios se disparen está agotada.

–Al principio la tarea de Moreno fue muy importante para parar una cosa que venía muy fuerte. Algo que (Roberto) Lavagna había minimizado pero que amenazaba con convertirse en una avalancha. Pero creo que llegó la hora de profundizar el modelo de distribución y crecimiento autónomo. Que hay que luchar por poner en caja a los formadores de precios a la vez que se efectúan las inversiones necesarias para insuflar más competencia en los mercados oligopólicos. Que es una batalla en la que debemos redoblar nuestros esfuerzos.

–¿Es una tarea posible con la composición actual del Congreso?

–Creo que es posible hacerlo con las normas vigentes. A mí me tocó en muchas oportunidades, cuando estaba en la Subsecretaría del Consumidor, recibir a muchas empresas pequeñas de mi provincia que venían con planteos de que las grandes empresas que manejaban sus insumos se aprovechaban de que eran el único oferente para imponerle precios y condiciones abusivas, y que si hacían la denuncia en Defensa de la competencia, el denunciado se enteraba enseguida quién lo había hecho. Y aunque inmediatamente no pasaba, al poco tiempo… los mataban. Por eso yo presenté en la Cámara de Diputados el proyecto de crear la fiscalía de Defensa de la Competencia. De modo que la subsecretaría tomara la denuncia, y la fiscalía la impulsara, resguardando la identidad del denunciante.

–¿Y qué pasó con el proyecto?

–Se aprobó en Diputados y se cayó en el Senado. Ahora volvió al Senado. En estos temas, en lo que es la lucha contra los monopolios, el último proyecto que presenté con (Agustín) Rossi, (Adela) Segarra y otros diputados es para regular los medicamentos en el marco de control de precios, por ser un bien social.

–Tu partida a la embajada de México te sustrae de esta lucha…

Como reivindico los proyectos colectivos, uno evalúa en dónde puede ser más útil. México es un destino muy importante. Es el segundo país de Latinoamérica en importancia después de Brasil y hay un desafío en el tema de la integración para traerlo más al sur. Por un lado está eso, y por otro nos une mucha historia. Muchos argentinos se exiliaron en México durante la dictadura, y no pocos se quedaron allá. Por eso se puede trabajar por una integración no sólo económica, dónde México es un gran mercado para los productos y servicios argentinos, sino también en otros ámbitos, tanto políticos como sociales. Estamos juntos en el G-20 y debemos trabajar la integración de México con Unasur.

Publicada la revista electrónica Zoom.

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12 de Febrero, 2010 · Cultura

La pequeñez mental de la pequeña burguesía "de izquierda" y su invariable funcionalidad al capital:

Las tesis del odio

Por María Pía López *

Pocas frases han expresado tanto odio como aquel “¡viva el cáncer!” que manos anónimas pintaron en un muro, cuando una mujer joven agonizaba en Recoleta. Pocas acciones han sido tan cruentas como el bombardeo a la Plaza de Mayo por aviones de las fuerzas armadas golpistas. El objeto de ese odio, verbal y armado, fue el peronismo. Que ha mutado mucho, sin dudas. Que ha sido el partido plebeyo y también el gestor de la reconversión neoliberal, que ha sido el partido del pacto militar pero también en su última curvatura el de los derechos humanos. Pero no ha mutado su condición de superficie receptora de odios profundos, explícitos, impúdicos, racistas. El graffiti que en los ’50 festejaba la muerte de esa mujer por una enfermedad corrosiva se multiplicó en los blogs de los diarios como anhelo ante la operación de urgencia de Néstor Kirchner.

Hay quienes dicen que en esta estación del peronismo, como en las primeras, despierta odios por sus virtudes. Sin dudas es así en amplias porciones de los sectores dominantes, en los núcleos ideologizados de las Fuerzas Armadas, en las corporaciones mediáticas. ¿O no son los medios las usinas insaciables de la ferocidad? ¿No es allí, aun más que en las conspiraciones de la Unión Industrial, donde se agitan los equipos de la destitución, munidos de carpetas y de astucia para titular? ¿Se distancian los comentarios agresivos de los lectores del título con que un diario, en su edición digital, anuncia el intento de extremaunción al ex presidente? En los subterráneos del odio, las almas se enlazan y las escrituras se reconocen.
Pero es más difícil explicar el desdén de los sectores medios o las iras populares. O más aún: las tirrias de los grupos progresistas. Dificilísimo explicar eso si pensamos en la secuencia de medidas de gobierno tomadas desde el 2003 para aquí. No es necesario nombrarlas una vez más, apenas recordar que son medidas reparatorias y de justicia y que benefician a amplias capas de la población. Incluso los que señalan lo que falta –como, por ejemplo, una política de recursos naturales– no deberían privarse de ver lo efectivamente desplegado. Y sin embargo lo hacen. Hay un odio abonado por izquierda, que se sustenta en el desmerecimiento de todas las medidas de gobierno en nombre de la hipótesis de la impostura.
En esa narrativa, el grupo gobernante tendría intereses oscuros, que para ser realizados requerirían una mascarada ideológica. Entonces, se encarcelarían militares o se articularían políticas con los organismos de derechos humanos para ocultar lo que verdaderamente interesa a los impostores: la entrega del petróleo. La tesis es débil y sin embargo funciona e impregna muchas de las reacciones airadas y los despechos que tratan la gestión gubernamental. De ese modo, al Gobierno que en más sentidos ha producido rupturas con los años ’90, se lo puede nombrar como un nuevo menemismo. Incluso por personas beneficiadas social y económicamente por esas políticas de ruptura.
Si la imagen de la impostura funciona, si es el comodín que se esgrime ante cada situación, es porque registra desde la mala fe algo que constituye a este momento político: la coexistencia de dimensiones heterogéneas y conflictivas. La apuesta transformadora en las políticas y la constitución de elencos funcionariales que hicieron sus pininos en el neoliberalismo. Las políticas reparatorias de la pobreza y la desconsideración de la inflación mediante el cambio de las mediciones del Indec. La inteligencia para comprender la conflictividad social y el economicismo con el cual se piensa la recomposición de las organizaciones populares. Una valoración discursiva de las insurgencias pasadas y un realismo empresarial para organizar las inversiones presentes. Se juegan valores diferentes y sensibilidades contradictorias. La tesis de la impostura juzga esa heterogeneidad con la idea de simulación o con la chatura de la máscara, cuando más bien corresponden a efectivas contradicciones.
La conjunción entre el odio y esa hipótesis del enmascaramiento corroe todo consenso sobre los actos de gobierno. Ante las medidas más profundas gritan que se trata de la caja. Y en el imaginario social se activa el juego de las asociaciones que terminan en la idea de que “caja” es el nombre del financiamiento indecible de la política o el acopio millonario de los políticos. No se desarma esa fuerza invirtiendo la negación y viendo la verdad en una sola de las series. Porque no es cuestión de montajes. Sino de extraer las consecuencias políticas que tiene una conjunción de elementos contradictorios. Allí, la verdad de nuestra época. También su futuro.
La tesis de la impostura enfatiza la herencia de los ‘90. Se hace cargo del cinismo frente a la política y de la desconfianza en la vida pública. El razonamiento despolitizador que ha primado, no sin bases ciertas, en las últimas décadas es que todo es mercado, por lo tanto aquel que no hable explicitando su condición de agente de intercambios sólo enmascara su condición o quiere hacer pingües negocios mediante el ocultamiento. En estos últimos años ha habido fuertes intentos de recomponer otra idea de la política, pero esos intentos no han perforado los núcleos poderosos de la desazón social. Que, al contrario, han sido y son alimentados no sólo por una poderosa maquinaria cultural y mediática, sino también por la persistencia de negocios privadas por parte de hombres de Gobierno.
Quizá por no terminar de percibir que, como nunca antes, el futuro político del país no depende sólo de la expansión de la economía, sino de la conformación de un entramado cultural, de la disputa por los consensos y la expansión de una serie de valores que se encarnen en las mayorías. En la interpretación de los hechos, en la conformación de una narración que los contenga, los explique, los trate con las palabras adecuadas –y no con aquellas que, por provenir de otras experiencias, les quedan como disfraces– se juega el destino de esos hechos.
* Socióloga, ensayista, docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
Publicado en Página/12, el  Miércoles 10 de febrero de 2010
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25 de Enero, 2010 · Política

Kirchner en 6-7-8



NESTOR KIRCHNER DIO UNA ENTREVISTA A CANAL 7 Y CRITICO EL FALLO JUDICIAL CONTRA EL FONDO DEL BICENTENARIO

 

¿Para Cobos Iscariote que lo mira por TV?

 

El ex presidente consideró “horrendos” los dos fallos de la Cámara en lo Contencioso porque “hacen lo mismo que pide la oposición: que Redrado se vaya a la casa y se congele el Fondo del Bicentenario”. Dijo que “sin ninguna duda” hay una “conspiración” contra el Gobierno.

 

“No teníamos tanta gente en el piso desde que vino Maradona”, comentó, antes de que se encendieran las cámaras, una de las panelistas. Es que el programa tenía un invitado especial: ayer, Néstor Kirchner dio una de sus poco frecuentes entrevistas televisivas, esta vez para 6, 7, 8, el programa de Canal 7, a tribuna repleta. Durante el reportaje, que duró algo más de una hora, el ex presidente hizo referencia al conflicto alrededor del Banco Central y sostuvo que los dos fallos que dio a conocer el viernes la Cámara en lo Contencioso Administrativo “son horrendos” porque “hacen lo mismo que pide la oposición: que (Martín) Redrado se vaya a la casa y que se congele el Fondo del Bicentenario”, lo cual –agregó– implica quitarle “un rol al Congreso”.

El diputado del Frente para la Victoria señaló que “cuando se habla de conspiración es algo completamente real” y mencionó, “sin ninguna duda”, entre los partícipes de este armado, a “el señor (Héctor) Magnetto, el vicepresidente, parte de la oposición, el partido judicial y sectores molestos con los juicios por los derechos humanos”. También habló sobre el rol de Julio Cobos (“que en Mendoza no llegaba a fin de mes”, comentó), defendió el “proceso transformador” llevado a cabo por la presidenta Cristina Fernández, lamentó la “hemorragia mediática” que pone trabas al avance del país y hasta se permitió algunos chistes.

Vestido informalmente, a tono con el domingo, con una camisa a cuadros celeste y blanca y pantalón de vestir, Kirchner llegó al estudio acompañado por la actriz Florencia Peña y varios de sus colaboradores más cercanos. Lo recibieron varios militantes de la agrupación La Cámpora que pudieron hacerse con un lugar en la tribuna, desde donde le sacaban fotos con sus teléfonos celulares y aprovechaban los cortes para dedicarle cantitos, para malhumor de los técnicos, poco acostumbrados a trabajar en ese clima.

Una vez en el aire, Kirchner tomó la iniciativa desde temprano y casi no dejó a los panelistas meter bocado. Comenzó con su repertorio antes incluso de que terminaran de presentarlo. La conductora María Julia Oliván lo presentó como “ex intendente de Río Gallegos, dos veces gobernador de Santa Cruz, ex presidente, ahora diputado y también primer esposo de...” Ahí el santacruceño la interrumpió: “¿Acaso Cristina tiene otro?”, preguntó.

“A Redrado lo pusimos porque era una cara confiable para encarar la quita de deuda”, explicó el ex presidente consultado sobre el conflicto en torno del Banco Central. “Veníamos de un default que nos cerró todas las puertas y teníamos que renegociar la deuda. Teníamos que generar señales. Imagínense si lo ponía al flaco Kunkel”, bromeó. Además, aseguró que los dos fallos de la Cámara que congelaron el uso de reservas y dejaron en manos del Parlamento el futuro del banquero “son horrendos”. En el primer caso, porque “le están quitando un rol al Congreso” y en el segundo, por sus errores jurídicos, argumentó. Además aseguró que el Fondo del Bicentenario “profundiza la gobernabilidad”, y ése es el motivo por el cual la oposición se opone a que salga adelante. El Fondo “genera desendeudamiento”, detalló Kirchner, para recordar que ese ha sido uno de los ejes de su gobierno y que “desde el 2003 a la fecha se ha hecho permanentemente”. Además, aclaró que se está haciendo uso “solamente de las reservas disponibles” del Banco Central.

También criticó al CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, a quien colocó como “uno de los cerebros detrás de la operación destituyente”. El santacruceño dijo que durante el conflicto por la resolución 125 el empresario le ofreció “pleno apoyo si terciaba por Telecom” a favor del multimedio y también que antes de las elecciones tanto Magnetto como “un importante empresario de la industria automotriz” se reunieron con él para decirle que CFK “no podía” ser presidenta. “Ellos quieren determinar quién es candidato, quién es presidente y así después gobernar ellos”, aseguró.

“Cuando uno gana una elección, gana iniciativa política, pero el poder real está en otro lado”, explicó, en referencia a quienes “concentran el poder económico y mediático”. Según el ex mandatario, “Cristina vino a profundizar el modelo, por eso la derecha en todas sus distintas facetas se agrupó en su contra. Nos atacan por lo que hicimos bien, no por lo que hicimos mal”, resumió. Kirchner también destacó la dificultad de luchar contra la “hemorragia mediática” y puntualizó que “el paso cualitativo que hay que dar es el de lograr la conducción colectiva de la política, en vez de la individual”.

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08 de Agosto, 2009 · General

Después del temblor


Nada hay más peligroso que los cambios a medias

Por Norberto Galasso

Un balance riguroso de lo acontecido desde 2003 a la actualidad nos permite señalar que las presidencias de los Kirchner han sido lo mejor que gobernó al país desde el punto de vista de los sectores populares, desde la muerte de Perón.

Podríamos calificarlo como «la primavera kirchnerista» que interrumpió los sucesivos inviernos de frustraciones y claudicaciones que cubren ese lapso de tres décadas. 

Durante el mismo, el Partido Justicialista – ya fuese Isabel o Menem – así como el Partido Radical – más allá de diferencias entre Alfonsín y De La Rúa – extranjerizaron y endeudaron al país, lo vaciaron ideológicamente y lo hundieron socialmente. 

Sólo una política de Liberación Nacional podía recuperarnos de ese desastre. 

El kirchnerismo no llegó a desarrollarla plenamente, pero abrió el camino en ese sentido: repudio al ALCA, convergencia latinoamericana, liberación de condicionamientos del FMI, plena vigencia de derechos humanos, reemplazo del modelo económico especulativo por otro productivo, recuperación de los aportes provisionales de los trabajadores controlados por el poder financiero, recupero del rol del Estado en diversas áreas, reconquista de derechos labora les mutilados, incorporación masiva de trabajadores a los beneficios de la jubilación y otras… 

Estas medidas recibieron el apoyo de la mayoría de la población que pareció comprender que si eran muchas las asignaturas pendientes, ello residía en que se carecía de fuerzas para acometerlas. 

Sin embargo, bastó con que el gobierno intentara avanzar en la redistribución del ingreso, afectando los privilegios del sector agroexportador, para que se produjese el punto de inflexión que culmina, ahora, en el resultado electoral desfavorable del 28 de junio. 

Esa fatídica resolución 125 fue el inicio del derrumbe. 

El gobierno tenía varias razones para apropiarse de una porción de la alta renta agraria diferencial: desacople entre los precios internos y externos, cerrar el camino a la sojización que hundiría al resto de la producción agropecuaria, participar al pueblo de las utilidades escandalosas obtenidas por una minoría concentrada de productores, proveniente no de su ingenio y trabajo, sino de las condiciones específicas del suelo, el clima y cercanía del puerto, ventajas de las cuales debe gozar el país todo. 

Sin embargo, cometió errores de implementación que le resultaron fatales: no explicó previamente sus razones, no midió la correlación de fuerzas con respecto a la Sociedad Rural ni tampoco advirtió que ella arrastraría en su favor no sólo a otras organizaciones agropecuarias sino incluso a los sectores de clase media urbana que se vieron conmovidos por el conflicto y apostaron contra él.

Ante una general oposición, el gobierno se enredó en sus propias piolas: subieron los precios pero creyó que bastaba con disimular la inflación ajustando los datos del INDEC con lo cual acentuó su desencuentro con los sectores medios, para los cuales sobraron los periodistas que les dijeron que estaban siendo engañados, mendacidad que también imputaba una política experta en desafortunadas profecías para la cual las retenciones eran la gran caja de la familia gobernante. 

Así nació la entente antikirchnerista que últimamente se expresó en las urnas: grandes terratenientes y sojeros arrastrando tras de sí a las clases medias urbanas y rurales, intereses monopolices y transnacionales ligados al agro, grandes cadenas comunicacionales, partidos políticos degradados desde la derecha hasta la extrema izquierda, periodistas, intelectuales y hasta el sindicato de trabajadores rurales. 

Lo demás no es necesario relatarlo: desabastecimiento, escraches, cortes de rutas, desequilibrio de precios, traiciones políticas, redescubrimiento de zonceras como «la Gran Argentina Agropecuaria», «todos vivimos del campo», etc. 

Todo ello resumible en una palabra: regorilización de amplios sectores sociales, pues «el peronismo – como enseñó Borges – es incorregible» y osaba ahora avanzar sobre la propiedad. 

Muchos se habían preguntado hasta ese momento de donde venía el peronismo de los Kirchner, especialmente porque no lo enarbolaban sino que pretendían acumular a través de la transversalidad. 

Pero, en ese momento, se comprobó que su origen era el setentismo y desde diversos lugares le apuntaron críticamente: soberbia, capricho, prepotencia, decisiones en el pequeño círculo, deficiente comunicación, renuencia al diálogo. «La primavera kirchnerista» ofrecía cierta semejanza con aquellos 49 días del 73 que dieron en llamarse «la primavera camporista». 

Ello permitió que a la «gorilización» se sumase el peronismo de derecha que había dado pruebas de proimperialismo en su ejercicio del gobierno.

Los grandes medios de comunicación inventaron entonces que lo más grave del gobierno no era «el modelo», sino «los modales», es decir, el kirchnerismo no cumplía con los rituales propios de un gobierno sensato: reuniones de gabinete, concesiones a la oposición, conferencias de prensa, discursos mesurados empleando la vieja retórica politiquera, en fin, todo aquello que el liberalismo reaccionario de los radicales denomina «el respeto a las Instituciones» y a «las formas de la República», es decir, justamente aquello que Yrigoyen había estigmatizado, en el pasado, como «el régimen falaz y descreído»: cultos caballeros que debatían con altura y respeto, con impecable sumisión a las formas, mientras preservaban los privilegios de las minorías.

Por supuesto, la Sociedad Rural – que alabó a la dictadura genocida de los 70 – usó el argumento de «los modales» para apuntar decididamente contra «el modelo», que le imponía retenciones y gradualmente iba recuperando el rol del Estado y hasta podría decidirse a convocar a la movilización de masas. 

Pero amplios sectores de la clase media – víctimas del vaciamiento ideológico de tres décadas – asumieron como propia esa crítica a «los modales»: el kirchnerismo significaba desprolijidad, insensatez, más aún: confrontación y discursos exasperados (como si se pudiera cambiar algo en cualquier país del mundo sin confrontar y exasperarse); el kirchnerismo, en ese camino, podría concluir en Chávez con su histrionismo caribeño que lo conducía a cantar por televisión (por supuesto, tamaña invalidación de la república no la hubiese cometido jamás De La Rúa); el kirchnerismo tenía, además, apoyaturas estremecedoras como ese D’Elía que preconizaba odiar al enemigo cuando es sabido que en la República sólo hay «adversarios» para «dialogar y enriquecer así a toda la familia argentina» y también se sustentaba en el apoyo de la CGT, cuyo resonar de bombos traía el recuerdo de aquel insoportable protagonismo obrero del 45. 

Para amplios sectores medios lo cuestionable no era «el modelo» sino la discusión de cuestiones banales, si Cristina cambia de cartera, llega tarde a los actos o «baja línea» en sus discursos o si Néstor actúa como un joven desprejuiciado o tacha de mentiroso a un periódico. 

Se pusieron entonces muy irascibles, con vertidos en críticos implacables, fenómeno que pudo advertirse en algunos dirigentes de la vieja izquierda peronista. 

En esos sectores medios gano la irritabilidad. Ese televidente que todavía cree en Nelson Castro o en Morales Sola, en su supuesta seriedad y conocimiento científico, porque son «gente como uno», acentuó su rechazo a los Kirchner, cultores de otro idioma y otras maneras. «No los soporto», machacó una y vez otra, dando con el puño sobre la mesa ese pequeño burgués, que bien pudo ser el de aquella película «Un burgués pequeño pequeño». 

Y dio batalla al kirchnerismo en el café, en la tertulia hogareña, en la reunión de amigos. Fue tal su indignación – alimentada hora tras hora por «la caja boba» – que asumió como su heroica misión concluir con los Kirchner, no importándole demasiado si para ello debía votar por De Narvaez, por Pino, por Macri o por Mongo. 

Así se nutrió el frente antikichnerista: con aquellos que estaban contra «el modelo» que los perjudicaba y los que estaban contra «los modales» de un «modelo» que, en gran parte, los beneficiaba.  

La derecha reaccionaria galvanizó sus fuerzas hasta crear lo que se llamó «un clima destituyente» y sólo por las rivalidades entre los políticos más retrógrados no pudo ir más allá, (Grondona y Biolcatti confesaron impúdicamente, relamiéndose, sus intenciones golpistas, conjugando su desprecio con las campañas de moralina boba de la Carrió y la orquestación mediáticas de corporaciones proimperialistas como Clarín  y  La Nación. 

Ahora, pasadas las elecciones, en algunos sectores de clase media comienza a cundir cierto temor, porque ven avanzar en el escenario a personajes horrorosos a los cuales también detestan – en este caso, con motivos fundados – como Barrionuevo, Puerta, Ruckauff, Duhalde, Cecilia Pando, Macri y hasta Menem. 

Hay quienes empiezan a sospechar que su pregonado «progresismo» ha cumplido la función de revivir a lo peor de la derecha. 

Algunos de ellos, en lo íntimo, piensan: ojalá el castigo que le dimos, le permita a Kirchner corregir sus errores para salvarnos de la mafia que avanza sobre nosotros… 

El gobierno, a su vez, ha quedado duramente golpeado y su único camino es aquel del tablón futbolero: no hay mejor defensa que un buen ataque.

O si se lo prefiere, en términos de mayor nivel intelectual, como decía Manuel Ugarte:  nada hay más peligroso que los cambios a medias”.  

Porque el enemigo percibe que se está yendo por sus privilegios y reacciona más rápidamente que los amigos que serán beneficiados por el cambio. 

De ahí que la profundización de las medidas transformadoras resulte imprescindible y para ello es preciso construir el gran Frente de Liberación Nacional sustentado fundamentalmente en los trabajadores, pero no sólo en sus votos, sino en su presencia en las calles, en la movilización popular, como así también la elevación del debate ideológico que destruya las falsedades y mitos de toda clase difundidos por la propaganda mediática, como asimismo plantar un proyecto claro y contundente apelando a los mejores cuadros del campo nacional. 

Sólo así lograremos recuperar a los sectores medios, hoy entregados a las corporaciones agroexportadoras y a ese imperialismo norteamericano que celebra, en sus periódicos, un resultado electoral que le sirve para intentar detener el avance de América Latina hacia su unificación y liberación.

Un tropezón no es caída, dicen sabiamente las viejas del barrio.

Pero para tener el derecho a condenar a los reaccionarios y a los “azonzados”, es necesaria una autocrítica profunda.

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26 de Enero, 2009 · General

Proyecto Popular cerró el año político. ¿Quién lo abrirá?

Luego de haber puesto el broche al año político 2008, la Corriente Proyecto Popular se apresta a jugar fuerte.

 

Se acordó un nuevo encuentro para mediados o fines de febrero bajo la consigna "confluencia, debate y organización,instrumentos para ganar en Octubre".

 

 

Escribe Sandra Consoli

La Corriente Proyecto Popular tuvo a su cargo el cierre del año político 2009 en Río Cuarto y el sur de Córdoba.

Con la participación del grupo kirchnerista Pucará y la presencia de numerosos grupos militantes, lograron reunir más de 130 militantes y dirigentes kirchneristas de toda la provincia.

 

El encuentro tuvo lugar el 19 de diciembre, en el Club Pronóstico –un clásico en la breve pero intensa historia de la Corriente- y asistieron delegaciones de Córdoba, Monte  Villa Nueva (San Martín), Villa María, Embalse, Laboulaye, Reducción, Manfredi, Las Acequias, en la persona de su intendente, Cacho Stanicia, y la presencia la vicepresidente primera de la Cámara de Diputados, Patricia Vaca Narvaja, así como de ex legisladores y referentes de distintas fuerzas K de la provincia.

Un dato interesante: no se habló de listas ni de candidaturas, aunque las elecciones de octubre fueron un tema importante dentro del temario desarrollado. Los participantes abordaron  cuestiones relacionadas con el funcionamiento de la militancia en el interior del país, la "línea política", los criterios estratégicos y cuestiones organizativas específicas. El referente de Proyecto Popular, Hugo Perez Navarro, puso especial énfasis al señalar que “el kirchnerismo es peronismo básico”, pues convoca a los fundamentos políticos del movimiento surgido en el 45, señalando que quien cuenta con esas nociones sabe qué hacer en cada situación.

 

Posteriormente, se hizo un recuento de los momentos destacados de un año caliente, señalando el conflicto entre el gobierno y el capital agrofinanciero, sus antecesores históricos y sus nuevos aliados.

 

Entre los logros de la gestión de gobierno se señalaron la nacionalización de Aerolíneas Argentinasla Ley de Movilidad Jubilatoria, que beneficia a más de 5 millones de argentinos y la vuelta al Estado Nacional de los fondos cedidos graciosamente a grupos del capital financiero internacional por Menem, Cavallo y sus "cómplices", entre los cuales se incluyó al actual gobernador de Córdoba.

 

Luego de compartir un asado muy elogiado por los asistentes, Vaca Narvaja realizó una síntesis del encuentro, subrayando los logros de la gestión, los cuales importan un punto de intensificación de la disputa con los sectores privilegiados a favor de una generalización del bienestar de las mayorías, en especial de quienes se encuentran más postergados.

 

La consigna, dijo la diputada, es plebiscitar la gestión, fortalecer la organización popular y discutir en estos próximos meses los lineamientos de una estrategia que nos conduzca nuevamente al triunfo en octubre, porque “para que haya 2011 tiene que haber 2009”.

 

Lo que viene

Hubo un acuerdo generalizado en los participantes para realizar un próximo encuentro a mediados de febrero, en un lugar a definir del centro-sur de la provincia.

 

La idea es consolidar este espacio con vistas a fortalecer los distintos nucleamientos kirchneristas que, a pesar del silencio intencionado de los grandes medios, pululan en la provincia y en todo el interior.

 

Con esta actividad, en opinión de varios dirigentes de Proyecto Popular, "la corriente ha quedado definitivamente instalada como la fuerza kirchnerista más seria y consecuente de Río Cuarto", en un medio caracterizado por la vacilación y el oportunismo y la vocación por los negocios".

 

Entre los asistentes de las diversas localidades se mencionaba la posibilidad de realizar el próximo encuentro en una localidad del centro-sur de la provincia, a fin de fortalecer el espíritu federal que la realidad del propio kirchnerismo cordobense está demostrando. "Ahora -comentaba Sergio González, de Proyecto Popular- será necesario ver cómo hacemos para que toda la garra que ponemos para sostener nuestros espacios locales pueda converger en un espacio único, que, además, dé a luz los nuevos dirigentes que la sociedad espera."

 

OIDO AL PASAR

  • En el asado, se vio a lo más granado de Libres del Sur, quienes se saludaron efusivamente con varios de los dirigentes de la Corriente. "Todo este tiempo de militancia que hemos compartido ha fortalecido el respeto político y dado lugar a una sincera corriente de afecto personal...", comentó un allegado a dicho espacio, ahora distanciado del kirchnerismo.   
  • Se comentó con insistencia que los movimientos de Proyecto Popular son monitoreados con sumo interés por algunos despachos de la Rosada.
  • "La presencia de Vaca Narvaja -comentaba una dirigente de la Corriente, vecina de Banda Norte- no es sólo una muestra de cortesía para con el Hugo (Perez Navarro) ni para con nuestra fuerza, ni como teme el ingeniero Cantero, un acto de "intromisión" territorial. Esto es política..."
  • Al respecto, un colaborador de la Vicepresidenta Primero de la Cámara de Diputados, se apresuró en señalar: "Patricia es diputada nacional no por la ciudad sino por la provincia de Córdoba, así como Cantero no es diputado por Río Cuarto, sino por la provincia de Córdoba. Así que si él quiere, puede participar de cuantos actos se le ocurra en Córdoba Capital, en Villa María, en Cosquín o en Cruz del Eje. Todo eso es su territorio."
  • Hablando de internas, alguien comentó que las del PC vienen duras, ya que Buzzi, de la FAA ha tomado el camino de la franca oposición gorila, mientras Heller (ex vicepresidente de Boca y actual titular del Banco Credicoop, cuyos intereses no son los de los amigos de Buzzi), se mantiene firme junto a las políticas kirchneristas en Capital.
  • Y la paradoja del gorilismo de izquierda -decía otro comensal- han sido los abrazos interminables entre Buzzi (PC) y De Angeli (PCR).
  • Sonó con insistencia la idea de que el kircherismo de la provincia de Córdoba necesita con urgencia promover nuevos referentes: el pueblo, la sociedad toda quiere nuevas caras y quiere oír nuevas voces y nuevas ideas. Por aquel principio del vino nuevo en odres viejos -reflexionaba, bíblico, un dirigente de Villa María- alguien que aplaudió la reforma laboral como diputado nacional no puede ahora venir a levantar impunemente las banderas de un modelo nacional y popular. ¿Dónde lo viste? ¿En una estampilla o en una caja de fósforos? Los vecinos de mesa rieron por la antigüedad de la expresión.
  • "Especialmente cuando es notoria su condición de piantavotos. Y ahora que su padrino ha caído en desgracia (en alusión a Humberto Roggero), ¿cuántos votos podrá juntar? Y así fueron cayendo los nombres de quienes, jugando a un impreciso "peronismo" atado a las estructuras, se mantienen haciendo de la política una profesión siempre rentable, sin aportar jamás una idea..., hasta que, por fin, la guitarra del Bagualero vistió la noche de estrellas.

 

Sandra Consoli

 

 

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16 de Agosto, 2008 · General

El Führer



Escribe Francisco Antonio Framolli

En recientes declaraciones el señor Eduardo Alberto Duhalde atacó crudamente a Néstor Kirchner y a Cristina Fernandez.

Los improperios tuvieron una amplia difusión, como es usual en los últimos tiempos con todo mensaje condenatorio para la presidente y su marido.

Como debiera recordarse, el señor Duhalde, remoto intendente Lomas de Zamora fue vicepresidente de Carlos Menem –a quien hoy critica ex cátedra, como si él no hubiera tenido nada que ver con las decisiones que se tomaron, y que condujeron a la desnacionalización de todos los bienes del Estado, dejando asuntos estratégicos como la energía y las comunicaciones en manos de capitales extranjeros; la destrucción de la industria y de la economía real de la Argentina, con sus secuelas de desocupación masiva, empobrecimiento, marginalidad y violencia individual.

Como debiera recordarse, el señor Duhalde se calló la boca ante esas canalladas que hoy denuncia como errores, siendo que su base económica y social ha estado bastante cerca del empresariado PYME bonaerense, que gracias a su silencio cómplice se precipitó al vacío. Y se calló la boca porque prefirió postularse para gobernador de su provincia, traicionando el mandato de todo el pueblo de la Nación que lo había elegido para que fuera vicepresidente. Con ello inauguró el ciclo de políticos saltimbanquis que seguirían posteriormente “Graciela” Fernández Meijide y la señorda Carrió, que siendo elegidos para cumplir una actividad en un distrito, saltaban alegremente a otro donde “daban bien”, según los encuestadores.

Como debiera recordarse, cuando pretendió ser presidente, el señor Duhalde fue sometido por Fernando de la Rúa –expresión sublime de la mediocracia argentina-, a una derrota dolorosa, que daría lugar a una revancha política presentada como acto de salvación nacional, como siempre ocurre con la política canalla y mezquina.

Como debiera recordarse, el señor Duhalde estuvo detrás de las movilizaciones de sectores piqueteros y grupos marginales de diversos nucleamientos que saquearon supermercados e invadieron la capital en las últimas horas de presidencia radical.

Como se recordará, fue durante la presidencia interina del señor Duhalde que se produjeron los asesinatos de Kosteki y Santillán en el puente Pueyrredón.

Como se recordará, el señor Duhalde avaló la llegada a la presidencia de Adolfo Rodríguez Sáa, a quien le impuso la consigna de que debía quedarse dos meses y luego llamar a elecciones, para que el propio Duhalde ganara. Sin embargo, al saberse que “el Adolfo” pensaba quedarse hasta completar el mandato, fue el propio señor Duhalde quien, valiéndose de la figura de Quinchete De la Sota saboteó la reunión de Chapadmalal,  convocada por el entonces interino, provocando el vacío de poder que, sumado a las amenazas contra la vida de su familia, precipitaron la renuncia del puntano y el colapso nervioso y la internación que a estas horas el senador por San Luis debe haber olvidado.

Quizás debiera recordarse que fue el propio señor Duhalde quien, no quedándole otra alternativa, impulsó la derogación de la criminal ley de convertibilidad, que permitió oxigenar la economía argentina, haciéndola resurgir especialmente a partir del impulso y la consistencia que le imprimió Néstor Kirchner, avalado en su momento como candidato por el propio señor Duhalde.

Lo que vino después, el nuevo marco de alianzas, la organización e integración de nuevos actores sociales y políticos, la inicial distribución del ingreso, la creación de más de 3.000.000 de nuevos puestos de trabajo, la aparición de más de un millón de nuevos jubilados, la política de derechos humanos como política de Estado, el fortalecimiento de los lazos con el MERCOSUR, todo ello fueron líneas políticas diferentes, que señalaron el comienzo de una nueva etapa en la historia argentina.

Y el desarrollo de una gradual situación de enfrentamiento entre los dueños del poder y la riqueza de la Argentina y la absoluta mayoría de los argentinos que no tienen nada o que apenas cuentan con lo necesario para sobrevivir, muy por debajo de lo mínimo necesario en términos materiales y morales.

¿Por qué, luego de haberse “retirado” de la política hoy nuevamente aparece el señor Duhalde en la escena política nacional?

Porque la derecha, en proceso de unificación y perfilada para crecientes niveles de enfrentamiento –que deberían cristalizar en el desplazamiento del kirchnerismo de los espacios legislativos que se disputarán en un año- no tiene capacidad de organización política como para imponerse. Porque –con el radicalismo en plena liquidación y la señorda Carrió golpeando con su cabeza en el techo de su crecimiento- no hay oposición política. Porque para fortalecer ese espacio, el de la derecha, no basta con los dirigentes del PC como Buzzi o del PCR, como De Angeli: hace falta “armar” en la provincia de Buenos Aires y manejar todas las estructuras del PJ en todo el país. Y tampoco alcanza con el mausoleo del autodenominado “peronismo disidente”

Y ahí es cuando aparece, con su boca torcida, su tonito paternal, los latines mal pronunciados y toda su violencia refrenada, el señor Duhalde, el último gran dirigente del populismo conservador, del mismo de los Barceló, los Ruggeritos y otras pestes que, con un discurso y pequeñas acciones de perfil popular, consolidaron siempre el poder y las grandes acciones de la oligarquía, sus socios y aliados.

Y como el señor Duhalde tiene cierto entrenamiento mediático, le da consejos paternales a la presidente, y critica duramente a Néstor Kirchner, señalando que el tono y el contenido de sus discursos le recordaban, por su dureza y énfasis “al führer”.  “Al führer”, no al dictador alemán responsable de la segunda guerra mundial y de la matanza de seis millones de personas sólo por ser judías.

Cae de maduro, que el empleo del término führer  -caudillo, líder- implica, en el contexto en que el señor Duhalde lo usa, una actitud más que de  condescendencia, de reverencia, de aceptación objetiva de ese caudillismo, de ese liderazgo. El führer era führer de quienes lo aceptaban –y aun hoy lo aceptan- como tal. A confesión de parte…

Por otro lado, el señor Duhalde se esmera en negar buena parte de la retórica y la energía del General Perón, principalmente en momentos en que el enfrentamiento entre el gobierno popular y la oligarquía alcanzaban niveles de máxima dureza. Porque, ¿qué hubiera dicho el señor Duhalde cuando, luego del criminal bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955, Perón decía que “por cada uno de nosotros que caiga, caerán cinco de ellos” o cuando decía que “al compañero todo, al enemigo ni justicia”?

¿Lo hubiera comparado con Hitler, con su führer ? Con ello se hubiera hermanado con los iluminados voceros de la oligarquía liberal, que no se cansaron de hablar del tirano, del dictador y del “naziperonismo”, como escribió un abuelo ideológico del empresario sojero Buzzi.

Palabras claves
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06 de Agosto, 2008 · General

CONFERENCIA DE PRENSA

Escribe Humberto Negro Vera

Los que nos quemamos las pestañas exprimiendo los diarios, tratando de entender de entre la maraña de noticias y la ausencia de información, hacia dónde debemos apuntar nuestras esperanzas, creo que ha quedado claro que la Presidenta ha definido la situación y el rumbo.

Hay dos modelos en pugna:

El agroexportador, rentístico – financiero, y el modelo de desarrollo industrial, agroalimentario, productor de tecnología y conocimientos,  generador de progreso, trabajo e inclusión.

Cristina ha manifestado que la gente la ha votado para llevar adelante este último, y que esto es lo que hará.

De todo lo dicho en la conferencia de prensa eso es lo más sustancial y lo demás son modos y maneras.

Después de la mala noche del Senado, se han tomado decisiones trascendentes que abonan lo dicho en la conferencia de prensa:

1. Se ha resuelto gravar los fideicomisos y ya está vigente la resolución.

2. Se ha resuelto cobrar la evasión por las declaraciones juradas falsas, a los exportadores de granos, y ya están las acciones en marcha.

3. La ONCCA respondió con claridad y firmeza las denuncias de Miguens sobre la elusión de los sojeros.

4. Se sigue elaborando el proyecto de ley de Radio Difusión comprometiendo y comprometiéndose el gobierno convocando a la participación de todos los sectores involucrados.

5. Se ha expresado más que claramente la condena moral a Cobos Iscariote y similares, limitando las relaciones a las puramente institucionales.

6. Se ha rescatado la verdadera concertación, consistente en unir los esfuerzos de los que desde distintas visiones miramos para el mismo lado.

7. Se ha enviado al Congreso de la Nación para su debate, el proyecto de rescate de Aerolíneas Argentinas y se ha accionado judicialmente en España por estafa, contra el grupo Marsans.

8. Se ha enviado también al congreso el proyecto de movilidad jubilatoria.

9. Se ha reafirmado en discurso y en hechos concretos la necesariedad de la integración latinoamericana con las visitas trascendentales de Lula y Chávez en el día de la fecha.

10. Se ha manifestado conciencia y preocupación por la 4º flota yanqui en el atlántico sur

También, y esto es muy importante, han quedado expuestos los jugadores de cada bando y hoy sabemos quien juega de cada lado. Hay que valorar esto en su enorme magnitud.

Por lo tanto, las cosas están más que claras y sencillamente hay que ponerse a trabajar. Están bien definidas las consignas y debemos dedicar los esfuerzos a las implementaciones.

Debemos ahora tratar de diferenciar lo principal de lo secundario y sin dejar de aportar y criticar lo que nos parezca equivocado o poco explicitado, tenemos que  poner las mayores energías en la construcción de este proyecto que ya tiene bases muy sólidas en la sociedad argentina, y que a pesar del traspié del senado, se han profundizado aún mas, desde el inicio del conflicto sojero.

Personalmente desde hace ya mucho tiempo tengo la profunda convicción de que los medios de difusión masivos constituyen una de las mayores dificultades que tienen y han tenido los procesos democráticos para implementar cambios en el modelo productivo no solo en nuestro país, sino en general en los países subdesarrollados y han sido la principal herramienta desestabilizadora de las embajadas norteamericanas en Latinoamérica desde el final de la segunda guerra.

Por conveniencia meramente económica o por ideología, la prensa en la Argentina ha sido siempre participante activa y decisiva en la formación de los “climas destituyentes” que precedieron a los “hechos destituyentes” normalmente militares, en nuestro país. Y encubridora después, de sus brutales efectos.

Desde el rol jugado por el diario “ La Prensa ” en la revolución fusiladora del 55, hasta el jugado ahora en la consolidación del frente oligárquico contra el desarrollo de este modelo industrialista, impulsado por el gobierno nacional, pasando por instalación “destituyente” de las acusaciones de comunista a Frondizi, de lento a Illia, de inútil a Isabel, de idiota y aburrido a De la Rúa , la prensa y los grandes medios en general fueron los creadores y potentes insertadores de estas imágenes que quedaron tan instaladas en el imaginario colectivo, que hoy los mas veteranos las recordamos con total claridad. Como curiosidad agrego, que esta misma prensa no nos ha dejado apodos o calificativos denostadores de los brutales asesinos y tiranos que promovidos por su predica, reemplazaron a los gobernantes constitucionales.

Son los medios los que trabajando masiva y persistentemente sobre nuestra clase media, la han convencido de tal manera que la han hecho obrar muchísimas y llamativas veces  en contra de sus propios intereses.

La hicieron alentar y aplaudir la caída de Perón que fue su periodo histórico de mayor participación en la renta nacional; aplaudir y alentar la caída de Illia, clarísimo representante de ese sector social, que además fue quien lo votó, en manos de los laboratorios extranjeros y las petroleras multinacionales. De Frondizi, que quería industrializar con su propuesta desarrollista. Que aplaudiera la caída de Isabel, prólogo de la mas terrible matanza de ciudadanos muchísimos de ellos de clase media, y comienzo de su mas ruinosa debacle económica,  logrando además la plaza de Galtieri, una de las plazas mas inexplicables de la historia (claro, si no vemos el papel de los medios).

También la prensa de Neustadt y Grondona logró la segunda elección del innombrable.

Después la prensa logró el apoyo masivo de la clase media a algunos inventos mediáticos como la Alianza y  la Sra. Meijide , así como a Blumberg y como hasta hace poco a la Carrió.

En estos últimos 120 días lograron muchas avances, principalmente en la clase media de los grandes conglomerados urbanos a quienes ya desde hace un año venían instalando la idea fuerza de la “soberbia y fatuidad de Cristina”, como el autoritarismo de la “pareja gobernante “etc.

Estimularon y armaron cacerolazos en dos horas, crearon la idea de un gobierno represivo, llenaron la plaza del zoológico en un rato, cuando vieron que los organizadores la suspendían. 

Creo que realmente fueron los grandes constructores de la derrota en el Senado (no estoy tratando aquí de esconder los errores del gobierno en este proceso), y de la generación de la idea de unidad de la oposición, que seguramente intentarán consolidar en caso de que se diera algún conato de posibilidad en ese sentido, cosa que aparece como dificil

Por más Deangelis, Reutemans, Cobos, Schiarettis, Solás, De la Sotas etc. etc. que inventen.

Por otro lado, que el campo popular se ha defendido como ha podido, y que no lo hemos hecho del todo mal.

Pero ha quedado claro es que si no le encontramos la vuelta a este asunto de los medios, estamos cocinados.

Todo lo que el gobierno y los sectores populares  hacen, queda oculto, es tergiversado o  es presentado como negativo.

Quienes tenemos al frente, disponen de estrategas y publicistas que homogenizan el discurso de todos los sectores opositores editando solo las coincidencias en contra del gobierno, generando la imagen de unidad, pacifismo y urbanidad de la oposición.

Están trabajando mancomunados y en estado de campaña desde ya hace casi un año, y profundizaron esa campaña ante la visualización de las posibilidades golpistas del conflicto sojero.

Por lo tanto, creo que teniendo nosotros ahora las cosas mas claras, simplemente tenemos que poner más dedicación y militancia en lo que cada uno viene haciendo, pero a su vez brindar  gran atención y esfuerzo a intentar resolver de alguna manera este grave problema de los medios de comunicación

Si uno compara los pertrechos de un bando y de otro, la diferencia es tan abrumadora que no se puede explicar como no nos han volteado y aún estamos haciendo Conferencias de Prensa en la Casa Rosada y diciendo en ella lo que decimos.

Creo que la explicación es que esta vez, es mas difícil convencer a la sociedad de que actúe es su contra, que se agreda a sí misma, porque están muy frescos los recuerdos de la devastación económica del neoliberalismo y porque la tardía justicia a los genocidas ha tenido la buena virtud de refrescar justo ahora los efectos humanos, económicos, políticos y sociales de esas políticas, que la gente identifica con los actuales opositores al gobierno por mas que la prensa invente y trate de esconder  a los principales actores del tren fantasma, que viajan todos juntos.

Pero seguirán en la embestida, redoblando los esfuerzos que han realizado, pues la nueva modalidad de los “golpes blandos” en América Latina tiene esta característica de persistencia y consiste en golpear despacio (sin fusiles) muchas veces, mucho tiempo, hasta que te caés y allí no te dejan levantar.

Tenemos que agudizar el ingenio, pelearnos entre nosotros solo hasta ahí, dejar las diferencias y tratar de coordinar de alguna manera lo enorme cantidad de esfuerzos colectivos que se han generado en esta pelea en defensa de la democracia y la justa distribución de la renta.

También queda claro que la principal responsabilidad en esta necesaria centralización, recae sobre la conducción de este proceso, y debe ser ésta quien convoque y unifique al campo popular, que esta dando un ejemplo histórico de unidad y de movilización.

Mientras tanto, debemos esforzarnos por impulsar en cada lugar, en cada pueblo o ciudad,  la actividad, la movilización y la unidad de todas las instancias organizativas, sociales, gremiales y políticas populares, tratando encontrar los medios, la manera de vencer, de perforar la barrera de inexistencia a la que los medios masivos de comunicación nos quieren someter mediante la realidad virtual que difunden.

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13 de Julio, 2008 · General

Lo que está en juego


Por José Pablo Feinmann

Hay dos cosas totalmente diferenciadas que andan en el país o cerca del país. Una es la IV Flota del Comando Sur de la Armada de los Estados Unidos. Sobre ella, hablaremos. Lo otro que anda por aquí son tres cartas firmadas por nuestros más prestigiosos intelectuales y artistas. Esto anda por Internet. Ignoro qué efecto podrá causar, pero a quien quiera enterarse se lo decimos: los mejores artistas e intelectuales de la Argentina , los más respetados, los que más han hecho por la cultura de este país y están vivos, se han unido para firmar un texto que denuncia, sin más, la agresión a un gobierno democráticamente elegido al que todos ellos quieren defender. Porque se trata de estar con la democracia o no. A algunos que la jugaron de progres en otros tiempos sería atinado sugerirles leer la lista de esos escritores y plásticos. Y ver de quiénes se han aislado y a quiénes se acercaron sin retorno: a los escuadrones mediáticos del discurso único. A los que trabajan para determinados poderes, con eficacia pero sólo eso. Muchas máscaras han caído.

Lamentablemente la Carta que firman tantos de los mejores hombres y mujeres de la cultura de este país tiene poca eficacia. Un movilero de algún canal o alguna radio del Poder Mediático, bien adoctrinado, logra más con este simple mecanismo: el tipo va a una movilización del Gobierno y encuentra a un obrero. Le pregunta: "¿Cómo lo trajeron aquí?". Después va a un agro-cacerolazo, se acerca a una joven o a un joven y pregunta: "¿Por qué viniste aquí?". La basura queda en la conciencia pasiva del que escucha o del que mira. El groncho de la Presidenta no va, lo llevan. No tiene voluntad propia. Le dan un choripán y ahí lo tienen. Comiendo de la mano de los gordos de los sindicatos. ¿O los grasas peronistas no son así? Por el contrario, el teflón-boy (o la teflón-girl), el garca que se ha venido desde Acassusso o Recoleta, es la expresión de una conciencia autónoma. El ha elegido libremente. Sabe la causa por la que lucha. Nadie va a comprarlo. Es lúcido. Es culto. Es la expresión de la libertad del ciudadano. Esto llega, penetra porque expresa el racismo de gran parte de nuestra clase media (de toda la alta) y de los sectores de elevado ¦0¦ que, según es larga tradición, enfrentan otra vez a un gobierno peronista, aunque este Gobierno sea tibiamente nacional y popular, pero ha incurrido en el horror del intervencionismo de Estado, y algunos otros imperdonables horrores también. Si no, la embestida que sufre no sería tan a fondo.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-107733-2008-07-13.html

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publicado por hpn a las 19:48 · 2 Comentarios  ·  Recomendar
 
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